sábado, 7 de diciembre de 2013

Alfabetización

De camino al trabajo, un padre lleva a la escuela a su hijo pequeño de la mano. El niño acaba de aprender a leer, y va recitando los nombres de las tiendas... El niño va contento, maravillado por el poder recién adquirido. El mundo no tiene secretos para él. Al lado lleva a su padre, en silencio. Li-ber-tad, lee en la pared, escrito en letras negras y algo torcidas. En su mano siente de inmediato que ha hecho algo malo. No sabe qué.

Xabier Montoia

viernes, 13 de septiembre de 2013

La vida secreta de las piedras

El origen de todo, las piedras. La historia antes de la historia. No es necesario hablar para ser piedra. En el camino silencioso también crecen las piedras. En la ocultación, en el olvido, en la contemplación en apariencia inocente de su vida mineral, la piedra teje su trama inerte y, en silencio, también acontecen las piedras más crueles. Piedras sueltas que están en el suelo; estratificado sea, en su nombre, el camino. Alimentan a dioses que no existen, como si fueran hombres vulgares y corrientes, con el pan nuestro de cada día; mientras que nosotros adoramos a puercos que sí que existen, para que la luna estalle en pedazos y se incendien los bosques. Benditas piedras. Hágase su voluntad, así en la tierra como en el cielo, que nosotros lo perdonamos todo. Con el ceño fruncido. Amén.

miércoles, 12 de junio de 2013

Himno a Satanás

A Belfegot, dios pedo o crepitus.

Tú que modulas el reptar de las serpientes,
de las serpientes del espejo, de las serpientes de la vejez:
tú que eres el único digno de besar mi carne arrugada,
y de mirar en el espejo
en el que solo se ve un sapo,
bello como la muerte:
tú que eres como yo adorador de nadie:
ven aquí, he
construido este poema como un anzuelo
para que el lector caiga en él,
y repte
húmedamente entre las páginas.

* * *

Los pájaros vuelan sobre tus ojos
y la calavera de un caballo dibuja la silueta de la mentira
de la mentira de Dios en una habitación a oscuras
donde vuelan los pájaros.

martes, 28 de mayo de 2013

Demuestra que no eres bruja

Resulta que era un rey
que tenía tres hijas
las metió en tres botijas
y las tapó con pez
pues creía que eran brujas
que le urdían mil argucias
para irse de parranda
cada noche hasta las tantas
y las pobres princesitas
lloraban desconsoladas
y su padre les gritaba
que por favor se callaran
pasó un apuesto caballero
de buena cuna y con dinero
cortés y hombre de mundo
aunque zote y energúmeno
y no hubo forma de casarlas
las princesas se escaparon
por un hueco que existía
que las llevó hasta la vía
del tren que va para Italia
y en Italia se perdieron
y llegaron a Jamaica
se pusieron hasta el culo
de bailar reggae en la playa
bailando en la playa estaban
cuando apareció su padre
con la vara de avellano
en la mano amenazando
fue tras ellas como pudo
y tropezó con la botella
que tenía un genio dentro
que tenía al genio fuera
les concedió tres deseos
a la una le dio un beso
a la otra un sortilegio
para noches de luna llena
la tercera era mas lista
se partía de la risa
con su escoba voladora
y ahora felices estamos
cuando esto recordamos
pues hicieron mil amigos
hiperbóreos y lotófagos
y colorín colorado
este cuento se ha acabado
me voy a la cama
que tengáis lindos sueños.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Conspiración Octopus

viernes, 17 de mayo de 2013

La materia del tiempo (II)

Estructura de la acción causal.
Hay quien dice que The Matter of Time es una obra apócrifa y otros creen que el libro fue un claro mensaje para que sus camaradas no se pasaran de listos. Pocos lo leyeron, pero batió el récord de ventas. Abrumado por los medios de comunicación, los congresos y la vida intelectual, Xindansvinto manifestaría su intención de retirarse para dedicar su tiempo a «las canciones de los Rolling Stones y la vida disipada», no sin antes fundar un partido futurista. Algunos analistas señalan que con esta decisión habría sucumbido a las conspiraciones al servicio de algún interés que todavía permanece oculto (y que involucraría a misteriosos personajes, agencias gubernamentales que actúan por libre y poderosos grupos económicos que se mueven en la sombra). Así pues, entre abandonar o morir habría decidido no morirse y esconderse tras una X, el muy cobarde. Por otro lado, si bien es cierto que, por encima de una ideología concreta, el Partido X se desarrolló consolidando la Transición mediante una apertura sin reservas a la tecnología, no es menos cierto que su legitimación vino de la inhibición generalizada de las masas populares que aceptaron las razones esgrimidas por los administradores de los aparatos políticos y las hizo suyas.

En el trasfondo de sus Memorias, en cambio, se vislumbra una teoría más simple: la abdicación de Xindansvinto, en lugar de un acto de humildad que posibilitara implementar un nuevo dispositivo político, sería el mayor acto de soberbia de un personaje que cada día necesita una mayor dosis de halago multitudinario inyectada en vena por sus fieles, la droga que mantiene en pie a los Jefes Supremos y que de una manera compulsiva les lleva a buscar el aplauso y la veneración por todos los rincones del planeta.

En realidad, Xindansvinto quisiera ver cumplido en vida el sueño supremo de los ególatras: poder asistir a su entierro desde un lugar secreto y sin esperar a la muerte traidora, para disfrutar así a hurtadillas del espectáculo de sus exequias, bañarse en el llanto de sus seguidores, cebar su ego con los lamentos de los fieles, emborracharse con el dolor que su pérdida les provoca, comprobar, en suma, cómo le amaban y admiraban hasta el delirio y cuán vistoso resulta el espectáculo de sus funerales retransmitidos a todos los rincones de Octopus, verdaderos valles de lágrimas, la antesala de la gloria que le espera en el Paraíso.

Y de paso, y aquí viene lo mejor, sus espías le traerán hasta su retiro espiritual noticias puntuales de la purga que se desarrolla dentro del Partido X, de cómo discurren las intrigas de su sucesión en la sede de Cintruéñigo, para estar informado al momento de si las tecnologías funcionan correctamente respetando los nombres de los expertos elegidos a dedo o si, por el contrario, sus lugartenientes han sacado ya las navajas sin disimulo y, emulando las gestas de Tourmalet, en la pelea se han cargado a los entrometidos.

Desde su recóndita atalaya escuchará los coros que ensalzan al líder consagrado como Jefe Emérito de Octopus, que cantan solemnes el Himno de la Patria... «Cuando muera y se pudra desaparecerá su corrupción».

lunes, 13 de mayo de 2013

La materia del tiempo

Xindansvinto y su partido del futuro.
Xindansvinto está fascinado por el futuro; y la política de Octopus, bajo su órbita, es una especie de mundo subatómico o no euclidiano donde es bastante fácil que la parte sea más grande que el todo o que dos objetos estén en el mismo lugar simultáneamente.

Consciente de que ver lo que tenemos delante de las narices requiere una lucha constante y que todos somos capaces de creer cosas que intuimos como falsas, sabe que si su acción de gobierno lo requiere podrá retorcer sin pudor los hechos para mostrar que tiene razón. Una depurada técnica de persuasión en la que sean finalmente los propios gobernados quienes asuman como necesarias sus tergiversaciones, a menudo le evita recurrir a la porra.

Aunque el final de su mandato estuvo envuelto en una espiral creciente de escándalos, éstos fueron eclipsados en parte con su ensayo The Matter of Time; obra que tuvo grandes halagos de la crítica a pesar de su complejidad y un gran éxito comercial gracias a la publicidad. Considerada la reflexión más completa atribuida a Xindansvinto en torno a la fisicidad del espacio y la naturaleza del tiempo, ejerció una fuerte influencia en campos tan diversos como la filosofía, la sociología, la historia, la comunicación, la antropología, las artes escénicas, la escultura y la crítica literaria, generando todo un movimiento político-cultural que fue conocido como la Transición. Según esta obra, «tiempo y espacio son particularidades de estructura de la acción causal» en que determinadas propiedades ontológicas del espacio se derivan de ciertas propiedades del tiempo, quedando el espacio-tiempo como matriz de toda realidad que, a su vez, determina su virtualidad dimensional.

Más concretamente, este nuevo paradigma proclama que la libertad de información no ha de tener límites («sea auténtico, rechace limitaciones»); pero en la práctica será el Ministerio de la Verdad quien atribuya mediante un algoritmo dónde se hallan estos y cuál es su naturaleza para que, una vez inmersos en el espacio real del observador, cada cual pueda decir todo con tal de que su decir no haga nada. El espectador, cuya experiencia con el objeto pasa a formar parte esencial de su significado, recibe su dosis de sentido y asiste a una representación simulada y verosímil.

Esto último cumple un papel fundamental, ya que, como sostiene Xindansvinto, «quien controla el presente controla el pasado y quien controla el pasado controla el futuro, cualquier tiempo pasado es pretérito y no hay mejor futuro que un buen presente». Consignas que serán reiteradas por su carácter tautológico en los diversos congresos y manifiestos del Partido X para catalizar en su provecho el ethos colectivo.

miércoles, 8 de mayo de 2013

El partido del futuro

El futuro es una fiesta.
Xindansvinto está en el vértice de la sociedad de Octopus. Todo triunfo, todo descubrimiento científico, toda sabiduría, toda felicidad, toda virtud, se considera que procede directamente de su inspiración y de su poder. Su cara y su voz son el punto de mira para todo amor, miedo o respeto. Es tan poderoso que se reserva el azar para sí mismo y atribuye la necesidad para el resto, por eso es infalible en sus predicciones e impredecible en sus actos.

El Gobierno convoca a la prensa y pone un televisor con un video grabado. En la imagen, con aire grave, pero sonriente, Xindansvinto pronuncia un breve discurso sobre los grandes desafíos de Octopus, destacando la lucha contra la corrupción y la burocracia y la mejora de las condiciones de vida de la población en un discurso en el que no hace referencia alguna a sus predecesores y en el que se aleja de la retórica apocalíptica y su tono monocorde:

«Estoy muy feliz por estar aquí entre vosotros, circundado de la naturaleza y vuestra simpatía, que agradezco, así como vuestra amistad presente, pasada y futura. Gracias a la octava dimensión sabemos que en el futuro nos va francamente bien. La vida vale la pena porque nuestros ciudadanos se dedican a emprender y ejercer sus habilidades e intereses de forma colaborativa generando avances sostenibles que no hacen sino aumentar el bienestar general de forma imparable. La élite política tal y como era conocida en el antiguo régimen desaparece, siendo sustituida por unos empleados públicos electos que recopilan y ejecutan de la forma más eficaz posible las decisiones expresadas de forma directa por la población mediante un software adaptado a su modo de vida. La ideología política del futuro es la lógica y su praxis la tecnología. 

¡Estamos sobre el promontorio extremo de los siglos! ¿A qué mirar detrás de nosotros, que es como ahondar en la misteriosa alforja de lo imposible? El tiempo y el espacio han sido abolidos. Vivimos ya en el absoluto, puesto que hemos creado la celeridad omnipresente. Los medios electrónicos implementan un horizonte de sentido dinámico que avanza con la praxis del proyecto social expansivo, un contorno conceptual estático definido por su hipertextualidad incorruptible por el paso del tiempo, un sfumato davinciano autónomo de la conciencia, un gozne religante que permite una transición sin sobresaltos, una frontera legal heterónoma infranqueable por los enemigos de la patria. Efectivamente, prometimos que íbamos a acabar con el fin del mundo y así será. La vida y la libertad tienen enemigos feroces, pero deben saber que nunca podrán vencernos.

Las hordas de corruptos, asesinos, traidores, ladrones, timadores, estafadores, mentirosos, simuladores, vagos y maleantes, puede que sientan la necesidad de organizarse evolucionando del libertinaje a la creación de unas instituciones criminales. Esta amenaza impulsa el desarrollo tecnológico y mueve la actividad económica más importante: el mercado de armas, la industria del transporte y las telecomunicaciones. Las industrias de la seguridad, entre las que está la industria carcelaria, que no podía ser una excepción, necesitan un marco normativo de endurecimiento de condenas. Pero además el Gobierno necesita la colaboración ciudadana. Ahora que las tecnologías lo permiten, ha llegado el momento de incluir en las formas de gobierno la capacidad que tiene la sociedad para mejorar directamente sus instituciones y leyes.

La sociedad funciona mejor si incorpora los conocimientos expertos de la ciudadanía y la fuerza innovadora de su sociedad civil. El azar o cualquier tipo de sorteo imposibilitan esto, por lo que hemos fundado un nuevo dispositivo político: el Partido X, el Partido de Xindansvinto. Su programa no es ideológico sino lógico y todos sus puntos se resumen en uno: Octopus y punto. El Partido X no es una incógnita, es el Partido de Octopus, el único partido que no quiere representaros, sino reclutaros. En el futuro no votaréis partidos, haréis leyes. Y las cumpliréis, obedientemente. Es todo, gracias. Desde las ocho de esta tarde ya no seré más el Jefe Supremo de Octopus, sino un simple peregrino que inicia la última etapa de su vida.»

Xindansvinto no ha dejado espacio para una revisión de su decisión, ha anunciado un hecho y así se cumplirá. La infalibilidad y la verticalidad impedían, hasta ahora, que se diera un cambio como el anunciado. Su presencia simbólica, no obstante, queda garantizada con la presentación al mundo del Partido X. Xindansvinto mira hacia el futuro y despeja la incógnita sobre Octopus, eludiendo toda referencia a 2036 porque «morir por adelantado no convoca». El mito de la tecnología, por el contrario, invita a superar la muerte con el progreso, incorpora los superpoderes de la hiperinformación y la trascendencia, niega el final de la vida y abre todos los horizontes, especialmente para los que habían perdido toda esperanza, pues mientras la humanidad sufra estará presente el deseo y el anhelo de salvación. Ni que decir tiene que el éxito sólo sonríe a unos cuantos en una tecnocracia, por lo que los menos favorecidos por la fortuna seguirán siendo criminalizados preventivamente para garantizar la paz social.

jueves, 2 de mayo de 2013

La sangre de los héroes tiñe los campos de la historia

Es un general que viene a buscar sitio para disparar. En el campo está y avanzando va, menos no podía ser. Agapito está con su mulo Juan que no se quiere mover. Y ese militar que quiere pasar y se empieza a impacientar: Salga usté de ahí, hágame el favor, respete la autoridá. Agapito que se arrasca el pito y el mulo que mira mal. Agapito, muy tranquilo: Va, Juanito, muévete. Siempre me viene con prisa esta gente de ciudá. Este mulo cabezota que no se quiere mover... Tenga un poco de paciencia, espérese un poco usté.

Salga usté de ahí, hágame el favor, respete la autoridá. Agapito que se arrasca el pito y el mulo que mira mal. Llama la patria, hierve la sangre en las venas del soldado que tiene muy poco aguante. En nefasta maniobra se pone detrás del mulo que de una coz bien potente le manda a tomar por culo.

Mira qu'es negao, cómo pasa por detrás. Este mulo mío nunca tiene mucha prisa. Hay que andar con ojo que estos bichos nunca avisan. Los aldeanos en la tasca se parten la polla: Ese mulo tuyo es del pacto de Varsovia. Ese general en el hospital tendrá tiempo de pensar que los mulos nada entienden de estrategia militar.

jueves, 25 de abril de 2013

Memorias de Xindansvinto‏

1.- Cómo sé que soy especial.


Muchas veces me han preguntado cómo sé que soy especial. Es difícil de decir; digamos que siempre lo he sabido. Ya desde el colegio, sabía que ninguno de los que me rodeaban estaba a mi altura. Como delegado de mi clase, tomé la decisión de ocupar la clase contigua y librar a aquellos pobres chicos del pésimo delegado que habían elegido. No fue una decisión sencilla; tuve que mandar a varios muchachos a combatir al patio, pero, al final, obtuvimos la victoria. Ese día supe que estaba destinado a algo más grande que yo mismo.

2.- La primera vez que supe que no era un ser humano corriente.


La primera vez que supe que no era un ser humano corriente, lo recuerdo bien, fue cuando el Ejército de Demonios Tentaculares voló mi coche conmigo dentro. Salí de allí, envuelto en llamas, y pensé: ¿cómo es posible que haya sobrevivido? Nadie se lo explicaba. Los médicos no encontraban una respuesta, tampoco mi personal de seguridad. A todo el mundo le pareció… Milagroso. Esa noche soñé con Dios. Era una luz, no tenía rostro, pero sí voz. Me iluminó con su haz y, llamándome por mi nombre de pila, me dijo: «Jean Claude, si te he salvado es porque te necesito vivo para que lideres a la humanidad». Me dijo un par de cosas más, pero son personales. Aquella experiencia me cambió, por supuesto. Desde entonces soy mucho más humilde.

3.- El fascinante reto de convencer a todo un país mientras les matábamos.


Me atrevo a decir que George es mi mejor amigo. Compartimos una ambiciosa visión del mundo, la visión de los líderes de la humanidad. George me planteó un reto fascinante, que consistía en convencer a todo un país de que nosotros teníamos razón mientras les matábamos. Nunca antes se había intentado algo tan ambicioso, así que acepté inmediatamente. Fue una gran experiencia de la que guardo muchos buenos amigos.

4.- El fin del mundo no me cojerá dormido.


A mí lo que me jode es que el fin del mundo sea cuando yo ya haya muerto, quiero verlo. Es que cuando yo muera se acaba todo. Si alguien anuncia el fin del mundo para las tres de la mañana procuraré estar despierto, prefiero que el fin del mundo me coja mirando por la ventana que dormido.

5.- Yo lo llamo don.


Creo que un hombre debe cuidarse con independencia de su edad. A todos nos gusta sentirnos sexys, también a mí. Empecé corriendo cinco kilómetros al día; hoy corro veinte y no sudo. Claro que nunca he sudado. Mi médico dice que es un trastorno glandular, pero yo lo llamo don.

sábado, 13 de abril de 2013

Tesis sobre Feuerbach

viernes, 5 de abril de 2013

La falacia y el currículum (III)

Si la entrevistadora es mujer, el currículum es una buena carta de presentación y, en muchos casos, esta primera impresión acerca del postulante será la que le sitúe en la lista de candidatos o de descartados. Contrariamente a la creencia popular y las expectativas de muchas mujeres, el currículum no es una habilidad natural con que se nace. El currículum es una técnica aprendida, por lo que sin una mínima dedicación para enseñarlo o aprenderlo no es posible disfrutar de sus beneficios. Cada mujer es diferente en gustos y aversiones; así que no importa cuán bueno o buena fue alguien con su currículum en el pasado, deberá reaprender su técnica con cada nueva demandante. Aunque sea correcto destacar aquellos aspectos que nos gustaron anteriormente, no es muy aconsejable alardear ni hacer comparaciones.

Históricamente, el origen del currículum como carta de presentación suele asociarse a los juglares. Los juglares, por su condición de artistas ambulantes y su célebre picaresca, acumulaban ricas y variadas experiencias de todo tipo, recorriendo desde humildes aldeas hasta fastuosos palacios. Artistas del entretenimiento, los juglares no sólo dominaban la declamación, el canto, la música instrumental y el ars amandi sino que también eran saltimbanquis, lanzadores de cuchillos, equilibristas, domadores, etc., lo que les hacía especialmente codiciados por las hijas célibes de los grandes mandatarios, aburridas del amor cortés y las hazañerías mojigatas tan propias del espíritu caballeresco de los héroes de las cruzadas. Así pues, cuando los juglares acudían a palacio, debían postrarse a los pies de la dama, meterse bajo sus faldas y ofrecerle su mejor currículum que demostrara, entre otras cosas, su dominio de la lengua vernácula.

Gervasio Mustacchi.
Asimismo, la moda de usar mostacho se popularizó gracias a Gervasio Mustacchi Dansmünchhausen, queriendo significar con sus gruesos bigotes lo versado que estaba en estos menesteres. Aristócrata venido a menos, políglota y de refinada educación, Mustacchi se alistó al ejército siberiano desde donde comenzaron a circular varias historias increíbles sobre sus aventuras, por lo que, en adelante, se prohibió el rasurado del labio superior a los soldados.

La comunicación es muy importante para hacer un currículum satisfactorio. La perceptora debe guiar con instrucciones detalladas y exactas si espera obtener lo que quiere y necesita. Sonidos, chasquidos, jadeos, gestos con las manos, movimientos del cuerpo, caricias indicativas, etc. complementan las instrucciones verbales. Algunas mujeres temen ser demasiado demandantes, pero tampoco han de permanecer insensibles a los esfuerzos demostrados. Igualmente, la falta de interés y entusiasmo frente al asunto, la pasividad o la indiferencia del aspirante, son los errores más comunes en muchas ocasiones y conllevan a la no contratación de muchas personas. Para evitar estos errores, cualquier currículum se puede clasificar según estilo y sabor en diferentes tipos: basic, classic, mini, gourmet, exótico y selección. Una vez que encuentre una forma de estimulación que le sea placentera, manténgala en ritmo e intensidad hasta que ella experimente el orgasmo (si ella quiere, pues no siempre es necesario para disfrutar). Como su lengua puede cansarse, asegúrese de usar labios y lengua para acariciar y chupar sus delicados tejidos alternativamente.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Historia media moderna

«Surgiendo del mar, la isla aparecía como una vasta masa de montañas agudas y astilladas. La parte central está inexplorada, dado que las afiladas cumbres presentan una barrera infranqueable al camino del viajero». Chipiona, paraíso feudal de la Edad Media; pero de una Edad Media exagerada y asfixiante, desproporcionada, insaciable, vesánica. Probablemente, el ser humano nunca ha sido tan siervo de un señor, nunca ha estado tan expuesto a los caprichos tiránicos de un amo. En los libros de Historia se suele decir que el siervo de la gleba era fundamentalmente religioso, como si su paso por este mundo no tuviera otro sentido que estar a la espera de una vida más allá. El campesino medieval, se dice, vivía consagrado a su dios, pendiente de su dios, deseoso de complacerle haciendo diariamente sus deberes... Este es el panorama que cierra el milenio. En las fronteras los alienígenas amenazan con asaltar y destruir los núcleos de civilización. En el interior los tolerantes pretenden poner bridas al asalto, domesticando a los infieles. Pero los herejes comienzan a lanzar su proclama: «¡Que nos invadan, solo pueden vivificarnos! ¡No tenemos más edad oscura que ésta, en la que ya vivimos!».

A pesar de las conspiraciones germánicas para que Chipiona se anexionara a Paranoia, este enclave africano del Imperio Marciano tuvo su esplendor autónomo bajo la influencia militar de Persia, gozando de unos fuertes vínculos económicos con Siberia y Ortodoxia. El libro «Los últimos días de Chipiona: decadencia, apocalipsis y resurrección» describe su historia media moderna (alto medievo) como una época de increíble vitalidad intelectual, de diálogo apasionante entre civilización bárbara (alienígena), herencia marciana y estímulos orientales, de viajes y de encuentros, con los monjes ortodoxos que atravesaban Gondwana difundiendo ideas, promoviendo lecturas, inventando locuras de todo género... Los mercados ya no eran compatibles con la pretensión de vivir varios años en el mismo sitio. Los habitantes de Chipiona que, de por sí, no salían de su pueblo en toda su vida, protagonizarán grandes migraciones, que darán lugar a fusiones y mezclas raciales, importación y difusión de nuevas ideologías. La voluntad de los dioses los quiere nómadas; pero nómadas sin lastres culturales, sin nada más que lo puesto para poder correr ligeros aquí y allá.

Ante todo, hay que cumplir con la voluntad del mercado. Pero es en vano: jamás un dios estuvo tan loco para cambiar de opinión cada mañana, cada minuto, cada segundo. En su nombre, una nueva clase noble maneja al pueblo y a sus esclavos, pero con una pequeña diferencia; si antes los nobles se sentían obligados a cuidar su territorio, ahora no tienen territorio sino burbujas: rutas aleatorias y cartografías provisionales. Así, sus designios son mucho más imprevisibles que los de Nerón o Calígula. Hasta entonces los dioses solían ser bastante estables: Jehová era algo celoso y tenía mal carácter, era un dios exigente, pero no un demente. Los sabios han dejado de ser los tábanos del poder y como oráculos «pasan la noche en vela a la luz del candil tratando de alumbrar relamidos elogios a los tiranos». Con su lenguaje religioso hablan de la confianza en los mercados, de cómo hay que bombearles sangre con sacrificios humanos. Pero los dioses son insaciables, siempre hacen falta más sacrificios. La mayor parte de la población está vendida a vida o muerte a una lógica de producción que se determina a sus espaldas y, además, de forma cada vez más misteriosa (magia negra) en ese mundo del sinsentido al que llaman «los mercados».

Puede que la Edad Media conservara a su modo la herencia del pasado, pero no por hibernación, sino por retraducción y reutilización continua: fue una inmensa operación de bricolaje, en equilibrio entre nostalgia, esperanza y desesperación. Bajo su apariencia inmovilista y dogmática, constituyó, paradójicamente, un momento de «revolución cultural». Todo el proceso estuvo caracterizado de manera natural por pestilencias y estragos, intolerancia y muerte. Nadie dice que la Edad Media Contemporánea represente una perspectiva más halagüeña. Al contrario, esta es mucho más oscura, opaca y criminal. Como decían los chinos para maldecir a alguien: «Así vivas en una época interesante».

martes, 19 de marzo de 2013

Un buen trono para tocar los cojones

Duos habet
et bene pendentes.
Por el año 822 nació en Maguncia una niña hija de un monje itinerante que la crió en un ambiente de estudio y amor a las letras, algo vedado a la mujer. Como una suerte de Monja Alférez avant la lèttre, se disfrazó de mozo, se instruyó y viajó a Constantinopla y Atenas. Erudita en diversas ramas del conocimiento, acabó ejerciendo el magisterio en Roma, donde conoció al Papa León IV, pensando este que era un arrapiezo. Juana, que así se llamaba quien pasó a la historia como la Papisa Juana, le sucedió como Santo Padre bajo el nombre de Joannes Septimus (aunque, según otras fuentes, se cambió el nombre a Benedicto III). Parece que camino de la iglesia San Clemente dirección Letrán no parió la abuela, sino la Papisa, quedando el respetable alucinado.

Visto tan traumático evento, la púrpura se ató los machos. Hasta el extremo de que, cada vez que se nombraba un Vicario nuevo, se le palpaban los genitales para asegurarse de su masculinidad, no vayamos a liarla. Al recién habemus papam y antes de la «fumata blanca», se le sentaba en la sedia stercoraria, una silla con el asiento agujereado en el centro (como una taza de váter actual, pero sin mármoles) por donde un diácono le tocaba literalmente las bolas. No se podía correr el riesgo de una nueva Papisa.

Aquel detector de mentiras era público dentro de la privacidad curial, o sea, te tocaban los perendengues delante de gente «profesional». Algo, entonces, normal, nada escandaloso. Esta ceremonia duró hasta el siglo XVI. Incluso el Papa Alejandro Borgia tuvo que someterse a estos tocamientos (que hoy rozarían lo penal), a sabiendas de que su «esposa» le había dado cuatro lozanos retoños que él reconocía con orgullo levantino. Tras el «examen de la silla», el diácono, una vez tocadas las pelotas del nuevo Papa, no se rían, decía estos latines: «Duos habet et bene pendentes», o sea: «tiene dos y cuelgan bien».

Hoy esto nos mueve a risa, pero no entonces. Piénsese que los antiguos romanos, al no tener una Biblia sobre la que jurar y testificar, lo hacían apretándose con la mano derecha en un juicio los testículos. Por eso las mujeres no podían ser testigos (ni nada), palabra que viene de «testificar» dizque «tocarse los testículos». Hacer eso (tocarse los cojones, hablando en argenta) era el non plus ultra de la palabra de honor dada en un contencioso y ello, ojo, entre iguales o superiores, nunca plebeyos. No había, ya se dijo, biblias ni constituciones donde jurar o prometer nada ni imperativos legales. Solo tocarse los cojones. Pero no como un huevón o cojonazos, sino reivindicando la verdad y el honor.

Ocurre que de un tiempo a esta parte no hace falta que te toques los cojones: ya te los tocan a ti. De ahí que todavía se oiga aquello de «no me toques los cojones» como diciendo «porque me voy a tener que cagar en tu puta madre». Es lo que tiene ser «pueblo», que siempre le están tocando los cojones... hasta el día menos pensado.

lunes, 11 de marzo de 2013

El último vals



lunes, 25 de febrero de 2013

domingo, 17 de febrero de 2013

La falacia y el currículum (II)

Un pedagogo hubo; 
se llamaba Herodes.
Tan aturullada estaba cuando salí con mi folleto informativo de la Octopus Office, que apenas le presté atención hasta que llegué a casa. El pequeño manual, de unas ocho páginas, estaba dividido en tres secciones claramente diferenciadas: una, de disposiciones burocráticas y contactos, situada al final, que mostraba de manera condensada fines, métodos, expectativas de logro, ejes transversales, fundamentos generales, ciclos y áreas; otra, más práctica, acerca de la utilidad del currículum y la falacia; y por último, aunque situado al inicio, un capítulo específico sobre la infancia que explicaba una nueva norma establecida a fin de impedir que los niños de los pobres supongan una carga para sus padres y a su vez conseguir que sean beneficiosos para la comunidad, cuya lectura me aclaró de forma inquietante la presencia de tanto niño en una institución para adultos.

La norma buscaba una solución a la imposibilidad de educar y sostener a tantos niños sin recursos que raramente, según los comerciantes, son mercancía vendible antes de los doce años; e incluso cuando llegan a esta edad su transacción no puede compensar el gasto en nutrición y harapos, que habrá sido al menos de cuatro veces su valor.

Especialmente sensibilizada con el tema hasta el punto que había realizado un estudio sobre la pobreza infantil en mi país, no encontré tan descabellada aquella norma. Tampoco Octopus era ajeno a iniciativas similares, como la ensayada en Fuentelisendo a propuesta del Dr. Jonathan Swift. Su ayuntamiento, que se remonta al siglo XVI, fue remodelado en 1729 según el diseño siguiente: la planta de arriba se utilizaría como escuela de niños, alcaldía, secretaría y cámara agraria; y la planta de abajo como escuela de niñas, cárcel y carnicería matadero. Posteriormente, debido al cambio demográfico implementado, su función pasó a ser de secretaría y salón de actos en la planta alta, mientras que en la planta baja se ubicaron un centro de la tercera edad y un pequeño almacén.

Con la misma intención, aunque con un alcance más limitado, en el texto se indicaba que, contabilizando tanto los niños criados en hogares poco capaces de mantenerlos como los que mendigan en las calles, hay unos doscientos mil niños pobres en Octopus, de los cuales al menos la mitad se podrían utilizar para dar de comer a las clases acomodadas.

También explicaba que un niño medianamente bien cuidado puede pesar doce kilos al final de su primer año, y que podría venderse por cinco veces más de lo que ha costado cuidarlo teniendo en cuenta que se alimenta únicamente de leche materna, lo que confiere al niño una carne deliciosa, nutritiva y saludable, ya sea estofada, asada, al horno o hervida. Además, la demanda de carne de venado bien podría ser satisfecha por los cuerpos de niños no mayores de catorce años ni menores de doce.

El informe contenía una enumeración de las ventajas que conllevará el proceso: evitar la molestia de un país lleno de mendigos, lo que a su vez favorecerá el turismo; disminuir la población católica, pues es la que más niños tiene; proporcionar nuevos platos para los ricos, con los que puedan demostrar su estatus; fomentar la alta costura, mediante el uso de la piel desollada de los niños para fabricar guantes y botas; mejorar la economía de las madres, que obtendrían más dinero con la venta de sus hijos como alimento que negociando por ellos con cualquier otro propósito, y además les permitiría conseguir mejores trabajos, al no tener que cuidarlos, así como la posibilidad de seguir criando; dar una mayor protección a las mujeres, a las que sus maridos dejarían de propinar palizas y las atenderían como hacen con sus yeguas, sus vacas o sus puercas; etc.

domingo, 10 de febrero de 2013

Xindansvinto, el mejor alcalde del mundo

Según los anales de la prestigiosa y libérrima “The City Mayors Foundation”, Su Alteza Municipal e Ilustrísimo Señor Jefe Supremo de Octopus Xindansvinto fue proclamado en vida el Mejor Alcalde del Mundo. Tanto ringorrango para su molicie no resulta sorprendente pues incluso la codiciada distinción de emperador marciano le fue reconocida a título póstumo. Como inolvidable padre putativo, Xindansvinto fue efectivamente el mejor alcalde del mundo.

Del mundo, del sistema solar, de la galaxia y, por ende, del universo. Y es que no sólo fue el mejor Jefe Supremo que haya tenido Octopus, también fue la mejor persona, el tipo más elegante, el más chirene, el más generoso, el más humilde, y hasta el más guapo. Y mejor paramos aquí, porque a Xindansvinto no le hubiera gustado nada ser adulado y no queremos ser tachados de tiralevitas.

Sabemos que para Xindansvinto fuimos como sus hijos e hijas y, de hecho, existe algún documento fonográfico donde se le oye gritar: «¡Los comparseros son todos unos hijos…!» (no nos consta el final de la frase pero seguro que es “míos”). La cosa es que sus súbditos, gracias a tener el padre alcalde y para que no se acatarraran por el mal tiempo, vieron acortado el desfile de comparsas previsto para el merecido homenaje a Xindansvinto; el cual, a cambio, les regaló una ocurrente escenificación amenizada por juglares reclutados para este fin (el consabido 'menester de juglaría'). Por otro lado, en el caso de que las cosas no hubieran discurrido como ordenó, Xindansvinto estaba dispuesto a mandar a unas dotaciones de la Guardia Imperial para calentarles y de esa manera evitar desagradables constipados. Tanto paternalismo nos abruma…

En el cuadro, un óleo sobre tabla pintado por el maestro Mikel Aingeru Buonarrotti, podemos observar a Xindansvinto en actitud laboriosa y humilde, con gesto preocupado ante la crisis que nos asola. Casi inadvertida pasa la Makila de Alcalde, que trata de ocultar tímidamente, al igual que la Cruz de Caballero de la Legión de Honor, apenas perceptible si no se es muy observador. Su rostro se oculta tras un antifaz carnavalesco, conjunción de su inexistente afán de protagonismo y su gran espíritu festivo y zaragatero.

martes, 29 de enero de 2013

La falacia y el currículum


Había mucha gente en la United Octopus Office esta mañana. Había tanta gente que de allí no parecía salir nadie. Solo entrar. Entraban familias enteras y tenían incluso un campo de juegos improvisado en la moqueta de la entrada. Así que ahí estábamos todos. Cada uno éramos de una raza, un color y una edad diferentes. Sin embargo, todos teníamos algo en común y no era para alegrarse demasiado. La gente esperaba en silencio, los bebés se miraban entre ellos y jugueteaban. Quienes entraban a buscar ofertas de trabajo esperaban su turno con la misma cara de desaliento con la que habían entrado. Al principio no advertí la cantidad de carritos que se agolpaban en el vestíbulo como si aquello fuera una guardería. Adultos entraban muchos, más de los que salían, pero en todo aquel tiempo no vi cruzar la puerta de salida a niño alguno. La hora aproximada de la cita previa para pedir información ha sido más aproximada a media hora más tarde.

La verdad es que ya no recordaba el motivo por el que la vez anterior aparecí por allí. No sabía si había ido a pedir un subsidio que prefería no cobrar para no perder lo cotizado, si me había apuntado a una bolsa de trabajo de la que jamás me llaman o simplemente había ido allí a hacer un estudio sociológico del desempleo y sus consecuencias demográficas. El porcentaje de familias que no pueden permitirse una comida con proteínas al menos cada dos días ha aumentado. Los indicadores muestran que casi el 17% de los hogares se encuentran en riesgo de no poder cubrir sus necesidades básicas y que la proporción de población menor de 15 años en riesgo de pobreza grave (11,7%) se ha incrementado en más del 77% desde que comenzó la crisis. Resulta un triste espectáculo, para quienes viajan por nuestro país, ver que las calles, carreteras y las puertas de los chamizos están atestadas de mujeres mendicantes, seguidas de tres, cuatro o hasta seis niños, todos vestidos con harapos, y que importunan a todos los paseantes pidiéndoles una limosna. Para colmo, la dominación simbólica convierte al espectador en un sujeto alienígena clonado que contempla su vida en una pantalla para así no tener que mirar a los ojos de otro androide, ni tocarle, solo hablar, ver y oír el eco de quienes lo incomunican.

Por fin, cuando aquello parecía no tener un mañana, me ha tocado el turno y me he acercado a la mesa que me correspondía. Por un momento casi preferí que me hubiera atendido el señor del bigote, que de seguro se hubiera dejado embaucar con alguna falacia. Allí estaba ella, la señora del tupé, con esa cara malhumorada como de quien no ha recibido un buen currículum. Ya desde antes de sentarme me ha tratado como si fuera una cucaracha aplastada o algo parecido. Le he dicho que venía a resolver unas dudas y le he enseñado el papel que me dieron la vez anterior. Antes de que su mirada llegase a centrarse en mi papel, me lo ha apartado con la mano y me ha dicho: «Esto no me concierne, ¿algo más en lo que pueda ayudarte...?». Yo, claro, no entendía ni castañas y, para su desgracia, confieso que desde bien pequeña mi abuela me instruyó en las malas artes, la magia negra y la nigromancia, e incluso me enseñó a preparar algunos maleficios y a ejecutarlos. Así que, después de arduos esfuerzos y un calambre en la lengua, he conseguido que me explicase cuatro cosas, no sin antes oír que eso compete a Sextercius, no a ella, que es funcionaria del Imperio (de lo cual parecía muy orgullosa). Me explicó que tenía que haber pedido cita en la mesa contigua, la del señor con bigote, que pertenecía a otro organismo que, lógicamente, estaba en otro "despacho" (en realidad era el mismo, pues las mesas estaban divididas por simples paneles verticales) y que me iba a apuntar en una tarjeta el teléfono al que debía llamar.

Curiosamente, aunque al parecer mi duda podría ser resuelta por la persona que estaba al otro lado, que además probablemente tendría tarjetas con su propio número de teléfono, la señora del tupé tuvo que levantarse y salir del despacho compartido, cruzar el pasillo, llamar a una puerta, hacer una consulta, luego ir al armario, comprobar que estaba cerrado, volver tras sus pasos, entrar en otro despacho compartido, solicitar una llave, comprobar que no era la correcta, y por fin, luego de desaparecer durante varios minutos, en los que desde mi perplejidad estuve por un momento a punto de asomarme al otro lado del panel y realizar mi pregunta por las bravas a quien allí estuviera, la señora del tupé regresó con un manojo de llaves, las probó una a una hasta que dio con la correcta, abrió el cajón pertinente en el armario, sacó las tarjetitas, las puso sobre la mesa y volvió a salir para devolver las llaves. Cuando por fin regresó de la eternidad de los tiempos, garabateó una de esas tarjetas y me la entregó junto a un folleto.